Alemania como asignatura pendiente

Está visto: Alemania no le prueba al Madrid. Cada visita a un campo alemán sacude algún temor telúrico en el ánimo del club, sean quienes sean los jugadores. He asistido a alguna de esas salidas. Vi un partido en Hamburgo, con Kaltz de lateral derecho y Hrubesch de delantero centro, y temí que subieran a corrernos a pelotazos hasta la tribuna de prensa. De aquel partido salió el Madrid goleado, García Remón noqueado y Pirri deprimido. En el avión de regreso, Pirri me decía: "No es que te ganen, es que te pisan, te empujan, te tiran... Los latinos ya no tenemos nada que hacer en este deporte. Me voy a retirar."

Se retiró, sí, pero los latinos ahí seguimos, con el tiqui-taca de los Xavi e Iniesta burlando las embestidas de los grandes y rubios europeos del Norte. En eso falló su pronóstico. Pero el complejo futbolístico ante lo alemán subsiste en el Madrid, que desde hace años da el sainete por menos de nada cuando va por allá. Repasando su largo y rico historial europeo vemos que sólo ha ganado en un 5 % de sus salidas a esa tierra. En Italia ha ganado un 17 % de sus partidos, en Inglaterra y en Francia, un 33 %, en Portugal, un 44 %... Nada destruye tanto la autoestima y la fe del Madrid como una salida a Alemania.

El mito alemán pesa en el Madrid. El último proyecto de Bernabéu se basó en el prestigio del fútbol alemán: Netzer, Breitner, Stielike, Jensen, un danés que venía de allí. Calderón llegó al Madrid con el sueño de Schuster, que fichó al segundo año, y Mijatovic pensó afirmar la defensa con el presuntamente sólido Metzelder. Pero basta un viaje a Bremen para descubrir que el maleficio sigue ahí, y que no se combate ni con cuña de la misma madera. Metzelder fue un coladero y Schuster embolica más el asunto sacudiendo culpas a sus jugadores. Alemania es la única gran asignatura pendiente del eterno Real Madrid.