El Granada 74 se hace un hueco

Casi sin hacer ruido, el Granada 74 se ha metido en la zona templada de la tabla. Su victoria ante el Numancia se produjo con una defensa de circunstancias ante el segundo mejor ataque de la Liga y es la demostración del trabajo sereno de un buen entrenador como es Antonio Tapia. La desaparición del Ciudad de Murcia y su mutación burocrática vía venta de plaza en el Granada 74 podía desembocar en desastre y de momento no es así. Siguen viviendo la paradoja de jugar en Motril fruto de las malas relaciones de su presidente, Carlos Marsá, con el consistorio granadino, pero ni siquiera eso le ha quitado el carácter competitivo a un grupo de futbolistas que ya demostró en Murcia que saben de qué va esta categoría.

En esta plantilla hay talentos como Francisco, Aranda o Luque y las adquisiciones de la dirección deportiva han sido muy acertadas, como lo demuestra la cesión del mallorquín Crespí , las aportaciones del lateral Ruz o el oficio de clásicos de Segunda como Benja, Saizar, Falcón o Cristian Díaz. Entre todos forman un bloque correoso que puede seguir creciendo aprovechando la fragilidad de otros clubes que tienen mucho más nombre.