Después de una jornada intensa, en la que Audiovisual Sport destituyó a su director general (Margalef, el hombre de TV3 que atendía instrucciones de ésta, poseedora del 20 %, y desoía las de Sogecable, poseedora del 80 %) el Madrid decidió finalmente atender el requerimiento del propietario de sus derechos (la propia Audiovisual) y dar el partido en 'pay per view'. Una decisión difícil, que le distancia de la Liga, le distancia de Mediapro, con quien tiene firmado para el futuro, y le pone en el disparadero de ser acusado de vulnerar la ley de interés general. Pero eligió en conciencia y eligió bien.

Primero, porque le habían llevado a una situación incómoda utilizándole como pieza en el tablero de la partida. Llevar el choque al jueves y a las diez era impulsarle a darlo en La Sexta, y enfrentarle a Sogecable. Fue un mal cálculo. El Madrid no puede ser peón de una partida que juegan, bien o mal, otros, sino un agente decisivo. Y en este caso, se sintió manoseado. Además, la destitución a tiempo de Margalef cambió de golpe el planteamiento jurídico del asunto. Y, en último caso, no es cuestión del Madrid si se da o no su partido en abierto. Eso es decisión de aquel a quien ha vendido los derechos sobre la señal.

Y, sí, ha transcurrido una jornada sin partido en abierto. Se ha vulnerado una ley. Pero recordemos que se ofreció para abierto el Sevilla-Espanyol del martes (un partido que fue final de la UEFA hace pocos meses) y se desdeñó. Porque todo consistía en una estrategia para enfrentar al Madrid y a Sogecable, y no ha resultado. No ha resultado por lo que les dije ayer: porque el Madrid no puede colaborar en una estrategia que pretende llevarse el control de los derechos televisivos a un ámbito culé (Mediapro-TV3). Ha hecho uso de su responsabilidad. Y de su poder. Ha hecho bien.