Esos chavales de la Selección Sub-17...

Mientras nuestra primera selección se entrena en Las Rozas para un poco excitante compromiso en Islandia, al otro lado del planeta los chavales de la Sub-17 alcanzan la final de la Copa del Mundo de su categoría. Fue contra Ghana, después de un bonito encuentro en el que a la 'superioridad física de base' de los rivales, más fuertes y desarrollados, nuestros chavales opusieron el buen juego, el tiqui-taca. Guardarla, esconderla, pisarla, burlarla. El partido les costó prórroga, como ante Francia, y la resistieron. Ganaron en la segunda mitad del tiempo añadido, con una bonita jugada de pizarra.

Un buen equipo, en el que el Barça asoma sus valores para el futuro. Particularmente Bojan, muy mala baja para la final. Un árbitro de esos que nunca entenderemos le mostró una tarjeta en el último instante de la prórroga y eso le deja fuera. Nos debilita, pero sobre todo le da al chico un disgusto tremendo, porque le deja fuera de una ocasión que en su vida nunca va a repetirse. Tiene por delante un grandioso futuro, como ya saltaba a la vista cuando, hace algunos años, deslumbró en el Torneo de Brunete, entonces con el nombre impronunciable de Krkic, su apellido. Desde entonces ha ido a más.

Hablo de él, pero también podría hablar de Fran Mérida o de algún otro. Tengo la sensación de que lo mejor de este equipo lo pone el Barça (aunque sea a regañadientes en el caso de Bojan) y me hace pensar que con estos más Giovani, que ya está fuera del horno, al Barça le espera un buen futuro cuando le toque (o se decida a) sustituir a los vanidosos de ahora. Las canteras van por cosechas, dicen. Y las cosechas con las siembras, digo yo. En esto, el 'florentinato' fue muy malo. Ahí siguen los que había desde antes, Casillas, Raúl y Guti, y nadie empuja puerta. Y Ramón Martínez, en el Celta.