¿Cuánto vale un lateral derecho?

La pregunta del día es cuánto puede llegar a valer un lateral derecho. Un amigo mío, guasón y amigo de las definiciones tremendistas pero también bastante acertado, me dijo hace tiempo que el lateral derecho es lo menos que se despacha en el fútbol. No hace falta ser alto, no hace falta ser zurdo, no hace falta ser técnico, no hace falta ser nada más que entusiasta. Apoyaba su teoría con un aporte empírico: "Haz la alineación ideal del siglo de cualquier equipo grande, verás cómo te sobran en todos los puestos, pero como no hay ninguno de verdad importante en el lateral derecho." Comprobé y era verdad.

Ahora Del Nido ha pretendido cobrar por Alves más de treinta millones y se ha estrellado. Llegó a haber acuerdo con el Chelsea... de Abramo-vich para abajo, pero cuando llegó a este lo echó por tierra. A Abramovich le pareció evidente que el Sevilla había jugado con un presunto interés del Madrid para elevar el precio, cuando ese interés del Madrid no existía. Abramovich es desconfiado por naturaleza, como buen rico, y se ha sentido envuelto en una maraña española que no existía y ha reaccionado mal. Está enfadado desde que el Madrid pagó treinta por Pepe, por el que él ofreció veintiocho.

Pero la pregunta subsiste: ¿cuánto vale un lateral derecho? Este es el mejor del mundo en su puesto, decide partidos, hace la diferencia, tiene el prestigio propio de ser brasileño y una edad perfecta. Pero, ¡ay! es lateral derecho. Por el número uno del mundo en cualquier otro puesto se pueden pagar bien treinta, cuarenta, cincuenta millones o más, no digamos ya si se trata de un cerebro o de un goleador. Pero el lateral derecho no se cotiza en tanto, ni aunque sea brasileño y heredero de Cafú. Una especie de ley de bronce lo dispone así. Una ley de bronce que Abramovich conoce. Como mi amigo.