El Málaga ya ha comenzado la planificación de la próxima temporada. Bien es verdad que el director deportivo, Juan Ramón Muñiz, y sus colaboradores llevan tiempo hablando y negociando distintos contratos con algunos futbolistas. Lo querían llevar en sigilo porque hasta el sábado no se había conseguido la permanencia, algo ineludible para que las ideas pensadas se puedan hacer realidad. El baile de nombres de futuribles ya ha comenzado. Cheli, Baha y Carpintero, están cerca, aunque el interés o intromisión de otros clubes (la penuria económica puede ser determinante) rompería cualquier negociación. Muñiz sabe lo que tiene y el dinero del que dispone y con eso se debe apañar. Está tocando y peinando el mercado tanto nacional como europeo para intentar hacer un equipo competitivo y que luche por ascender a Primera División. No va a ser fácil y nadie del club debe garantizar nada. Con los mimbres que existen la dificultad es máxima, así que el ingenio tendrá que salir a relucir. El entrenador malaguista conoce a mucha gente del fútbol, cuenta con buenos contactos y a buen seguro que hará una plantilla mejor o por lo menos con la que se sufra menos que esta triste temporada que va a finalizar el próximo sábado.

D esde el partido del Castellón llegarán las bajas. Pocos futbolistas van a quedar. Los que cumplen contrato no continuarán, por lo que la limpia va a ser total. También algunos de los que tienen contrato serán traspasados. El Málaga es un sentimiento. Volveré.