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Que juegue Portillo y no Cannavaro

'Juntos podemos' es el lema con el que el Real Madrid oficializa la Cofradía del Clavo Ardiendo, que ayer recibió un impulso en Valencia y un frenazo en Huelva. "No se trata de adelantarlos a todos el mismo día", me decía Roncero según le caían los goles del Barça como ladrillos en la cabeza. Y es verdad, hay jornadas por delante, sólo que el Barça, con Etoo y Messi recuperados, es otro. Es un portaaviones al que le han devuelto los aviones, según la acertada imagen que creó Andrés Astruells. ¿Dónde se dejará puntos el Barça? No se sabe. De lo que debe preocuparse el Madrid es de ganarlos.

Y con ese fin le niega a Portillo el derecho de jugar, cosa que no me gusta. Claro que el Madrid ha hecho mucho el primo en estas cuestiones, que ha habido casos sonados como los de Munitis o Morientes. Pero es que si se da un jugador debe ser con todas las consecuencias. Lo otro no es deportivo. No es deportivo reforzar a un equipo contra todos los demás de la tabla menos contra uno mismo. No es deportivo que el Sevilla pierda por gol de Portillo y que la semana siguiente no esté en el Bernabéu. No me gusta. Es un privilegio para los grandes que envilece un poco el campeonato.

Claro, que Capello lo compensa poniendo a Cannavaro. Sé que falta Sergio Ramos y sé que Cannavaro ha ganado gloriosos premios, merecidos por su Mundial. Pero aquí sólo es garantía de sustos y ni a Pavón ni a Mejía ni a Raúl Bravo les he visto jugar ni remotamente tan mal. Además le culpo. Vino con un aire sobrado, como colonialista, y juega como si estuviera con sus sobrinos en el jardín de casa. Lo de Emerson es casi peor, sí, pero Cannavaro es un Caballo de Troya en la defensa propia, un agente enemigo infiltrado en ella. Propongo un pacto: que juegue Portillo a cambio de que no salga Cannavaro.