Siete meses de sanción a David Navarro

Siete meses de sanción le ha metido la UEFA a David Navarro, el suplente del Valencia que, en mala hora, se apuntó al entrevero final del partido, le dio un puñetazo a Burdisso y luego huyó indecorosamente. Muy mal hecho. Feo el ataque espaldero, pésima la imagen de la huida. Pero, reconocido esto, siete meses de sanción, que se pretenden extensibles a las competiciones nacionales, me parecen una barbaridad. Navarro hizo mal y lo sabe. El día siguiente estaba abochornado y como tal se presentó ante la prensa. Pidió perdón, dijo que su padre había llorado, fue sincero en su comparecencia.

Me parece que en lo de la UEFA hay un ánimo justiciero exagerado, y un reflejo puritano de castigar más la alarma social que el hecho en sí. El hecho es detestable, desde luego, pero el agravante de haber sido captado por las cámaras tiene un peso a mi juicio excesivo. Siete meses sin jugar, como pretende la UEFA, es demasiada barbaridad. Hay en el castigo una especie de desahogo justiciero, de satisfacción malsana en el ejercicio de eso que se llama 'dar un escarmiento', una falta de piedad, de sentido de la proporción y de atención al arrepentimiento espontáneo que me dejan preocupado y perplejo.

Y, no puedo evitarlo, me parece que estas cosas le resultan más fáciles a la UEFA cuando mira hacia el Sur de Europa. Comparo la rapidez con que le metieron dos partidos a Roberto Carlos por el catecillo a Demichelis con el tonteo culposo que se han traído con el corte de mangas de Van Bommel, tan televisivo y tan 'alarma social' como lo que más. Vistos los precedentes, no le veo a la UEFA autoridad moral para sancionar con siete meses a un jugador por un puñetazo, por más que éste trajera los acompañamientos más execrables. Espero que haya luz y justicia al considerar el recurso. Villar, muévete.