El regreso de Beckham a la citación

La presión ejercida por los jugadores en favor de Beckham ha hecho mella. El propio club ha tenido que instarle a Capello a que le convoque. El entrenador, que cada día está más bruto y más despistado (viene a ser lo mismo), le ha metido en una convocatoria de veinte. (Sólo se inscriben dieciocho, de forma que además de Adán, el tercer portero que siempre viaja por extrema precaución, sobrará otro. Veremos.) Estas largas citaciones son, en el mejor de los casos, indicativo de vacilaciones del técnico. Así fue a A Coruña, dejó a Robinho y a Higuaín fuera y ya recordamos lo que pasó.

Yo espero que no cometa el desafuero de dejar a Beckham en la grada. Sería demasiado. Ha sacrificado durante un mes largo un capital futbolístico y de imagen del club. Lo ha sacrificado en aras de su soberbia. Le dio un calentón, dijo lo que no debía y luego se ha agarrado al españolísimo 'sostenella y no enmendalla'. Ahora toda salida es mala. Si lo deja en la grada quedará como un verdadero charrán. Si le pone, será una nueva batallita ganada por los jugadores en esta larga guerra que llevan ganando de calle desde hace años. Pero sin duda sería del mal el menos. Beckham debe jugar.

Si el Madrid lo estuvieran manejando personas con más tacto y finura hubieran presentado conjuntamente su salida a los Galaxy, hubieran invitado al club americano al Trofeo Bernabéu, hubieran establecido lazos con él, y a través de él, con el mercado americano. En lugar de eso, la respuesta fue el improperio y el despecho, lo que, con Beckham por en medio, dejó en mal lugar al club ante el mundo. Y futbolísticamente también salía perdiendo el equipo. No desborda, es cierto, pero ¿desbordan Raúl o Reyes? Y tiene una derecha de fábula y trabaja como un león. Ojalá vuelva hoy, pero de titular.