Armando, un seguro de vida

Si a estas alturas de temporada tenemos en el Cádiz un seguro de vida, ése es Armando de Riveiro Aguiar Mazda. De Sopelana tenía que ser el cancerbero, donde el mítico José Angel Iribar tiene casa y aunque vasco por los cuatro costados, casi un gaditano más. Armando es futbolista de raza. Además, el portero titular de nuestro Cádiz es de los que nunca se esconden. Habla claro cuando el momento lo requiere y afronta las críticas cuando le llegan, que tampoco se salvó de ellas en su peregrinar por el Cádiz. Vamos, un futbolista de los que gusta a los entrenadores. Y es que, independientemente de su personalidad, Armando es de esos futbolistas que muy mal se ha de encontrar para no afrontar un partido. Aunque nunca lo puse en duda, me quedé tranquilo cuando leí sus declaraciones respecto al inoportuno resfriado.

Muy mal tendría que encontrarse para que no se pudiera contar con sus servicios en partidos tan importantes como el que jugarán ante Murcia y Almería. El cancerbero morirá junto a sus compañeros por no retornar de vacío de la Nueva Condomina ante uno de los denominados rivales directos en la lucha por el ascenso. Tal como anda el portero, por cierto, al frente de la clasificación en varios medios de comunicación como jugador más regular de la presente temporada, su sola presencia en la portería es un seguro de vida. Por cierto, que nadie olvide que actualmente también está en posesión del trofeo Zamora.