Tengo desde hace años a Eufemiano Fuentes por un tipo indeseable para el deporte español. O indeseable a secas. Empezó su actividad en el atletismo y su triste celebridad data de cuando su propia mujer fue sancionada por doping. De eso hace muchos años. Desde entonces ha emponzoñado profundamente el ciclismo español, del que se ha enriquecido con un ejército de clientes. Fue notable aquel caso descubierto por Meta 2MIL con ocasión de la Vuelta 2001, cuando, médico oficial del Kelme, también llevaba a Casero, del Festina, que le ganó la Vuelta precisamente a uno de sus chicos del Kelme, Sevilla.

Le cazaron en la Operación Puerto, con sus bolsas de sangre, en compañía del célebre Manolo Saiz, con una morterada encima, y Labarta, el segundo entrenador del Comunitat Valenciana. No Rijkaard, ni Luxemburgo. Ninguna de las bolsas de sangre correspondía a futbolista alguno. Pero desde entonces ha sido empeño de Fuentes, y de algunos de los inculpados o de su entorno, implicar al fútbol, a fin de sacar 'su' ciclismo mejor parado. Pero 'su' ciclismo ya no va a ser posible, porque la sociedad no lo permite, y eso lo deben saber. Infamando al fútbol sólo conseguirán infamar al fútbol.

Puede ser que algún futbolista haya sido cliente de Fuentes. Y hace tiempo que se publicó que Núñez lo quiso contratar para el Barça, cosa que afortunadamente no ocurrió. Las notas de Eufemiano (que no se publican) que Le Monde considera prueba de que tiene como clientes a esos cuatro clubes me las imagino apócrifas, entre otras cosas porque una prostituta que revelara sus clientes se quedaría sin trabajo. Otra cosa es enredar a los que no lo son, para hacer ver que todo el mundo es igual. Pero no, no todo el mundo es igual. Los hay mejores y peores, y Eufemiano Fuentes es de los peores.