Esto ya es como la NBA

Veo al Joventut dar la cara en una de las canchas más difíciles del baloncesto y ante uno de los mejores equipos de la Euroliga. Guarecerse como puede del huracán que es el Maccabi de salida y luego, poco a poco, con el fenómeno Ricky Rubio al frente del quinteto, ir reduciendo la diferencia, situarse tan cerca que se podía comenzar a pensar en la gesta. Pero, qué va, ganar en Tel Aviv, con ese ambiente, contra ese equipazo, no parece posible para nadie. Al final, la más que esperada derrota que no supone mayor tropiezo para las aspiraciones del Joventut: dos victorias, dos derrotas y todavía quedan diez partidos. Mal se tienen que dar las cosas para con cuatro victorias más no pasar a la siguiente ronda.

Hasta ahí, todo bien. Hoy es el viaje de regreso. No a casa, sino a Málaga, que mañana hay que jugar con el Unicaja. Es decir: ayer, partido en Tel Aviv; hoy, viaje a Málaga vía Par mañana, partido en Málaga. Pues si esto no es como la NBA, ya me dirán. Peor, que allí los equipos viajan sin escalas. La diferencia es que aquí se hace el mismo esfuerzo para muy poca recompensa. ¡Si ayer en Tel Aviv hubiera habido algo en juego! ¡Si mañana en Málaga hubiese algo en juego! ¡Si el Joventut por eso se llevara unos millones! Pero como los derechos de televisión no dan ni para pagar el desplazamiento... Al baloncesto, de verdad, tiene que llegar una revolución y descubrir quién se puede estar lucrando de tanto vano esfuerzo.