NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Una batalla y una ópera con fantasma

La batalla fue la del Reyno de Navarra, donde al Madrid se le propuso otra vez un partido duro, de pierna fuerte, público excitado ¿por qué aún, por qué siempre? mecherazo en la cabeza de Casillas y dientes apretados. Para este tipo de fútbol ha preparado su equipo Capello, de modo que no es de extrañar que aguantara las embestidas y que respondiera con eficacia. En este campo donde tantas veces se ha desajustado, el Madrid sólo se descentró durante el principio de la segunda mitad, ya con el cero-tres. Y tras el uno-tres, el cuarto. Los cuatro de Van Nistelrooy, que se sacude la sombra de Ronaldo.

Y de allí, a la ópera, porque el partido del Camp Nou fue ópera. Un espectáculo grandioso, una hora y media en la que cupo todo el fútbol. Jugadores exquisitos, lucimiento del mejor de todos, Ronaldinho, lesiones inesperadas, ida y vuelta, fallos, patadas, y la fuerza del destino, que empujó finalmente al Barça la victoria. Y un fantasma en la ópera, Rafa Guerrero, al que hace exactamente diez años que no soporto. ¿Por qué la organización no lo expulsa? ¿Por qué permiten que siga ahí, provocando la aparición de imitadores que van haciendo también extravagancias para ganar fama fácil?

En medio de tan hermoso partido, de un forcejeo sacó una expulsión. La noche era propicia: partido con el liderazgo en juego, televisado a toda Europa. Felicidades, tío, te ofrecerán otro anuncio pronto. Así se hacen famosos los listos, sin necesidad de aprender nada, sólo con el instinto de meter la pata en las ocasiones propicias. Y ya que te dejan... Por cierto, Iturralde: su otro linier se comió el fuera de juego en el gol de Saviola. Un buen árbitro tendría que afinar en la elección de los colaboradores. Claro, que tampoco un buen árbitro hubiera pitado falta en el despeje de Sergio, falta que valió el segundo...