Yo digo Alfredo Relaño

Breve historia de una goleada equívoca

Alfredo Relaño
Actualizado a

Buena idea la de Calderón de poner precios populares al partido de anoche. Se podía acudir desde tres euros. El día, además, era festivo en Madrid y entre una cosa y otra fue posible ver el Bernabéu con un aspecto granado y buen ambiente. Noches así permiten que se acerquen al fútbol los que no son habituales (los que fallaron en mayor número fueron los abonados) y siempre resulta más grato el fútbol con público que a gradas vacías. Ojalá, junto a ese hábito casi hecho ley de utilizar al segundo portero, los clubes tomen también la costumbre de precios bajos en la Copa. Y tendrán buen ambiente.

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Otra cosa es que los jugadores piensen que, a precios bajos, juego también rebajado. Y eso hizo el Madrid ayer en una primera parte infame. Y lo peor es que fue más infame en los suplentes que en los otros. Justamente los llamados a dar el do de pecho, a reclamar el sitio, fueron los más desganados y aburridos. Y con ellos, Diarra, que está cobrándole pánico al Bernabéu. Frente a ese Madrid, el Écija lució como un equipo bueno, con hechuras, cerrándose como un puño cuando atacaban los blancos, abriéndose como una mano para atacar ellos a su vez. Juego solvente, serio, bien hecho. Y con ocasiones.

Por momentos se presintió la tragedia en el Bernabéu. Hubiera bastado con que el Écija marcara antes para que se organizara allí un pandemónium. Y pudo ser. Pero no. El que marcó fue Beckham, que hizo un partido torero. Los ingleses, ya se sabe, valoran más la Copa. Y Beckham, en realidad, valora todos los partidos. Y además entró De la Red, que dio algún criterio, y el Écija fue deshinchándose. El árbitro tampoco les ayudó, por cierto, porque el gol de Ronaldo (siete meses y un día después) vino precedido de fuera de juego. Luego, sí, la goleada. Y una esperanza abierta de nuevo: la de De la Red.

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