NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Nadie puede garantizar la seguridad

Cayó el Madrid en el Bernabéu, cayó Capello en el Bernabéu. El mérito es para el Celta, que fue muy certero para penalizar los errores del rival. Una mala maniobra de Emerson tras un saque de corner blanco provocó un contraataque demoledor. Un absurdo regate de Reyes en zona peligrosa facilitó el segundo gol del Celta. En el resto del partido el Madrid pudo presumir de cierto control, y desde luego de grandes dosis de entrega, pero aun así se llevó un impecable tiro al larguero. La conclusión es que Capello recibió una dosis de su propia medicina. Y que nadie puede garantizar la seguridad.

Ahí estuvo el drama. Un equipo pensado, desde el fichaje del entrenador a la elección de los jugadores, en no correr riesgos, no consigue evitarlos. ¿Quién garantiza que no haya errores? Y cuando los hay ante equipos donde abunda el talento por arriba pueden convertirse con facilidad en goles contrarios. Y los goles en contra hay que compensarlos con goles propios, claro. Y a esos se llega más fácilmente con un equipo pensado para jugar al fútbol que con un equipo pensado para que no pase nada. Por eso perdió el Madrid, a pesar de lo mucho que apretó: porque está pensado para que no pase nada.

Y la derrota llega en mal momento. El empate del Barça creó en los madridistas una ilusión que se queda en espejismo. El Sevilla aprieta y presenta candidatura seria, porque ya son muchos meses (media liga anterior y lo que va de esta) los que lleva mostrando cara de equipo grande, listo para asaltar la Liga, como asaltó antes la UEFA y la Supercopa. El Zaragoza también se cuela delante. El Valencia está ahí, a la que salte. La Liga se anima, pega el acelerón, y al Madrid todavía le suena el motor. Bien mirado, la mejor noticia para los blancos fue ayer Ronaldo. Aún no es él, pero ya se percibe su poder.