¿Árbitros profesionales? Voto a favor

Sigue dando vueltas la profesionalización de los árbitros. Blatter reiteró su opinión favorable en su reciente visita a Barcelona. Hay gente en contra, lo sé. Muchos se preguntan si los árbitros serían mejores si fueran profesionales, y otros incluso se preguntan si es que no lo son ya, dado lo que cobran, que no es poco. Los árbitros españoles de Primera División salen, unas cosas con otras, bien por encima de los 100.000 euros anuales. Eso por una tarea de fin de semana, compatible con trabajos digamos, normales, a poca manga ancha que encuentren en su otro empleador. No van descalzos, no.

Y sin embargo, yo sí creo que la profesionalización sería buena. Creo que, en efecto, arbitrarían mejor, al menos si se hiciese bien. ¿Qué sería que se hiciese bien? Pues que estuvieran en permanente contacto, con concentraciones semanales en las que pusieran en común sus experiencias, vieran juntos sus partidos, sus errores y sus aciertos, intercambiaran críticas constructivas, unificaran criterios. Una actitud, en fin, realmente profesional, distinta de la de ahora. Ahora acaba la jornada y cada mochuelo se va a su olivo. Díaz Vega les llama y les comenta las jugadas raras o los fallos, pero no es lo mismo.

Y dinero hay, para mejorar esos 100.000 euros y para compensar la pérdida de los otros trabajos. Aunque a muchos aficionados de buena fe les asombre, les puedo asegurar que el fútbol conoce muchas maneras de derrochar el dinero peores que profesionalizar a los árbitros. Particularmente, los intermediarios, que crecen como setas. Profesionalizar y exigir, ese es el camino. Exigir un criterio unánime sobre los codazos, sobre las entradas por detrás, sobre los agarrones en el área. Exigir que destierren a los liniers fantoches, tipo Guerrero, que crecen como setas. Exigir que se pongan a la altura de esta Liga.