Villar pegó el gran cante en el Senado

Compareció ayer Villar en el Senado, en la comisión para la violencia, la xenofobia y el racismo. (Compareció tras más de un año dando largas). Es una comisión que periódicamente se reúne, cita a expertos para recabar información y prepara unas consecuencias. En realidad, la comparecencia da para lucirse. Pero Villar anda tan crispado que enseguida se sintió como acosado o investigado, reaccionó mal, se atropelló y dejó perplejos a los senadores. A sus 'fúrbol' y 'álbitro' habituales añadió más palabros de cosecha propia, entre los que hizo especial fortuna el de 'xenofonía'. En fin, un cantazo en toda regla.

Y es verdad que en alguna cosa estaba en falta. No tanto en el caso Luis-Henry, que ya le sacó de quicio, como en las trabas que pone para que los inmigrantes jueguen en las categorías inferiores. La justificación, irritada y casi ininteligible, es que se trata de proteger al jugador español. Pues mire, Villar, eso viene a ser lo mismo que fastidiar al que viene de fuera, y de eso justamente se trataba el asunto. Pero aparte de que sus luces para análisis nunca han debido de ser muy brillantes, lo cierto es que ahora está tan crispado, tan ofuscado y tan a la defensiva que su capacidad de discernimiento es una calamidad.

No me gusta insistir en ello, pero cada día que sigue Villar al frente de la Federación es un día más de bochorno colectivo para nuestro fútbol. Tiene la Federación manga por hombro, empezando porque está edificada sobre unos terrenos de monte público sin licencia (sentencia firme) y acabando porque le acaban de reclamar 3,6 millones de euros tras la investigación del Tribunal de Cuentas, que ha encontrado numerosos casos de duplicidad de facturas. Por no hablar de tantos otros desastres menores o no tanto que lastran el funcionamiento y la imagen de nuestro deporte favorito. En fin...