Peligroso reto del Tour

La sola posibilidad de que el diario portavoz de los organizadores del Tour se plantee dejar sin vencedor la edición de este año me parece una cuchillada al ciclismo. Crea confusión, desconcierto y resta aún mayor credibilidad a un deporte que anda tocado. ¿Quién va a invertir en el ciclismo cuando ni la descalificación del ganador da la victoria al segundo clasificado? ¿Cómo se va a acercar el aficionado a las carreras cuando no sabe si habrá ganador? La conducta del Tour en los últimos años por combatir el dopaje ha sido implacable y hasta modélica, pero esta vez no sé a dónde pretende llegar. Una cosa es no poner la mano en el fuego por Pereiro y otra, convertirle en cabeza de turco con un castigo que pretende ser ejemplar.

Si el Tour duda de Pereiro, de todos los ciclistas en general, ¿por qué organiza la carrera? Por un lado viene a decir que todos los ciclistas son unos tramposos, pero al mismo tiempo sigue celebrando una prueba de la que obtiene grandes beneficios. Si reconoce que ha habido un fraude deportivo generalizado, también tendría que devolver el dinero a los patrocinadores de la carrera, que bien podrían sentirse ahora estafados. El Tour está lanzando un peligroso reto y el próximo año lo mismo se encuentra con el boicot del pelotón. El mismo Pereiro ya adelanta sus intenciones. Y si solidarios son los ciclistas con quien pillan con el carrito del helado, aún lo serán más con quien se ve privado de la gloria, se supone que por la sola sospecha.