Yo digo Vicente Carreño

El Kun se acordó de Maradona

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El Kun es un chico de barrio, un Romario chiquitito, curtido en la calle, un pillo hábil y listo. Y ese instinto arrabalero del Kun le valió ayer al Atlético para sacar tres puntos. Ese instinto y que Pérez Lima es un árbitro lamentable y no se entera de nada, pero de nada de nada. Ayer pitó dos penaltis absurdos, se comió uno clamoroso y no vio la mano del Kun en el gol que dio la victoria al Atlético. Esto último es lo que más entiendo, porque a Agüero le sobró habilidad para meter el puño y ponerse a cantar el gol como un poseso, se corrió la banda abrazándose a todo el que pillaba por delante. Hizo un festejo a lo grande para tapar las protestas de los jugadores del Recre y que nadie reparase demasiado en la jugada. Pero las cámaras de televisión, Kun, no perdonan.

E ste Atlético de Aguirre juega con la suerte a favor. Sigue atrancándose en el Calderón, porque le falta un líder en la medular y se tiene que apuntar a las remontadas, a poner casta, a lanzarse a ataques desesperados y a jugar a la ruleta rusa, porque cuando juegas así siempre dejas demasiados espacios y te pueden matar al contraataque. El Recre le tuvo groggy, pero no le remató. Y al Atlético le salvó finalmente una triquiñuela. El Kun, ese chico de barrio pobre, se conoce al dedillo el libro de la calle. Y ayer lo abrió por la misma página que Maradona aquel día mágico contra Inglaterra cuando la mano de Dios pasó a la historia del fútbol. Esta no fue la mano de Dios, vale, pero al Atlético le coloca en puesto de Champions y por delante del Madrid. La pillería del Kun le salió rentable.

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