El pasillo de seguridad de Capello

Llegó Van Nistelrooy, concentró seis mil madridistas en el estadio y lanzó en su presentación un sonoro ¡Hala Madrid! Capello ya tiene sus tres peticiones prioridades (Zambrotta le gustaba para caso de que se fuera Roberto Carlos, pero este se queda). Su pasillo de seguridad, utilizando la afortunada expresión que acuñó Luis Aragonés. Central, medio centro, delantero centro. Jugadores de edad, cuajo y personalidad, jugadores de referencia en cada una de esas líneas. Sobre ese eje quiere apuntalar Capello su nuevo Madrid, que aún no sabemos cómo será. Porque falta la pieza que lo defina.

La pieza que lo defina será el hombre que mueva la noria. El regista, la manija, el cerebro, el conductor de juego. El jugador que marca el ritmo, que acelera o marca la pausa, que reparte aquí o allá, que se muestra siempre desmarcado, que ve siempre al desmarcado, que no se equivoca porque arriesga poco, y que si arriesga es para producir una importante ganancia. Cesc o Xabi Alonso, por ahí podría andar la cosa. Podría ser Guti, claro, que seguro que tendrá la enésima oportunidad y de él va a depender aprovecharla. Hoy juega el Madrid ante el Fulham, en la Cuatro, pero él se lo pierde por lesión.

Y queda pendiente Kaká, en cuyo fichaje reside el encanto del nuevo proyecto, y que además se le demanda a Calderón como la principal promesa electoral. El día 9 tiene el Milán su primer partido de la previa de Champions. Ese día sabremos lo que hay, porque si Kaká juega, quedaría descartado para la Champions con el Madrid. Mijatovic tiene doce días por delante para el apretón. De momento ha cumplido: Cannavaro, Emerson y Van Nistelrooy, por un total de 38 millones, lo mismo que el año pasado costaron Diogo, Pablo García y Baptista. Ahora llega la prueba más difícil.