NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Balón de Oro para Zinedine Zidane...

La FIFA dio a conocer sus premios tras el Mundial y a Zidane le llegó un gran consuelo: le otorgan el premio al mejor jugador. Una decisión discutible, y que será discutida. ¿Ha jugado realmente tan bien? Ha jugado bien, desde luego. Sobre todo ante Brasil y en la final. Pero ya fue baja para su equipo en el tercer partido de la fase de grupos, suspendido por dos amarillas en los choques previos. O sea, Francia se tuvo que jugar la clasificación sin él. Y volvió a dejarles con diez anteanoche, en la prórroga. Y con él se iba el más acreditado lanzador desde once metros. Y esas cosas también cuentan.

Y debe contar el fair play. Zidane, ejemplar en tantas cosas, sufre algún tipo de extraño cortocircuito cada equis meses, y entonces hace algo aberrante, muy en contraste con su estilo, su carácter, su juego, su ser cotidiano. El cable pelado le jugó la peor de las pasadas en el peor de los momentos. Cuando todo el planeta le veía en televisión, cuando todo el planeta sentía con él, deseaba con él que esa copa acabase en sus manos. El horrible cabezazo no sólo le mancha a él: también fue un delito de leso fútbol, la peor contrapropaganda del deporte más amado, el gesto más odioso en el momento más inoportuno.

Posiblemente estaba votado de antes y faltaron reflejos para cambiar. También a Kahn (que también es de Adidas, por cierto) se le había concedido el de Japón-Corea antes de la final, en la que dejó que desear. Problema de prisas. Y problema ahora también del escrúplo a valorar a los defensas, que también son futbolistas. Pienso en Cannavaro, en su Mundial prodigioso. ¿Es más fácil ser defensa, tiene menos mérito? Muchos pensamos que sí, pero la verdad es que los delanteros cada vez que entran en el área propia hacen penalti. No debe de ser tan fácil. Pero siempre les volvemos la espalda.