Mirando tranquilos el grupo del cruce...

Mirando tranquilos el grupo del cruce...

A Luis no le gusta Francia. "Tiene el colmillo retorcido". Es un equipo mayor, sí, y desmoralizado, pero mantiene jugadores de un talento extraordinario que con un solo movimiento pueden resolver un partido. De hecho, ante Corea estuvieron a punto de ganar a última hora, gracias a un pase lúcido de Zidane que dejó a Henry mano a mano con el portero coreano. No fue gol de milagro. Luis sabe que el talento es el talento, que es imprevisible. Contra determinadas maniobras no hay receta. Francia no tiene la energía de tiempos atrás, tiene más años que otras selecciones, pero sabe. Por eso la teme.

En cualquier caso, es bonito no estar a estas alturas mirando las cuentas del grupo propio, del que seremos campeones ya pase lo que pase (salvo una imposible suma de goleadas en nuestra contra) sino las del grupo del cruce. Y es bonito saber que España, que iba de cenicienta, esté de moda en este Mundial. No es sólo que haya alcanzado un pico de quince millones de audiencia aquí: es que también en países como Alemania o Italia ha pasado de diez millones. En los países de gran tradición futbolística, donde se sabe, se entiende y se disfruta el fútbol, llama la atención este equipo.

Un buen equipo, al que da gusto ver. Un equipo que maneja la pelota, la guarda, la pisa, la esconde, la burla, y así va sacando al rival del partido. Cuando un equipo tiene mucho el balón, el rival se inquieta, porque persigue sombras. Y cuando lo recupera, cada jugador que lo alcanza se vuelve egoísta y se confunde, porque quiere hacer en un instante lo que se le ha negado durante un buen rato. Y la pierde y vuelta a empezar. Así, moviendo, la jugada aparece sola, sin necesidad de precipitarla. Luego, sólo es cuestión de que acierten los rematadores. Y aciertan, porque reciben balones, y no sandías.