Un once que ya se recita de memoria

Vuelven los once de Leipzig. "Este es nuestro estilo y no lo vamos a cambiar", reiteró Luis ayer. Ese estilo es lo que ha entusiasmado al aficionado español, más allá del cuatro a cero. La persistencia en el juego, en el buen gusto, en instalar el partido en la mitad del campo del contrario. Otras selecciones se conformaron cuando iban por delante y recularon. España ante Ucrania no, porque la obsesión no era ganar, sino jugar, jugar bien. Y jugando bien es como más veces se gana, y como por más goles se gana. Esa ha sido la gran novedad y eso es lo que hace que este equipo nos haya entrado tan bien.

Por eso se le ve tan satisfecho a Luis. Esto ha sido casi una refundación, y de hecho Luis le ha buscado hasta un nombre a este equipo, La Roja, que espero que haga fortuna. Ayer, Juanma Trueba estaba lanzando desde su móvil un mensaje incitando a sus amigos a vestir mañana camiseta roja: "Mañana, todos con la roja. Pásalo." Pues eso. Rojo pasión para el partido contra Túnez, que agarró un empate in extremis ante Arabia Saudí. Luis pretende frenar el optimismo, pero al tiempo se le escapa a él mismo, porque ya anuncia que ante Arabia jugarán los otros once. O sea, que da lo de hoy por ganado.

Y encima Brasil, que se supone nos encontraremos en nuestro viejo horizonte de cuartos, sigue sin arrancar. Magníficas individualidades para marcar en algún descuido, pero ningún funcionamiento. De lo visto hasta ahora sólo impresiona Argentina, que carbura, juega bien y serio, marca con facilidad y encima cuando todo está resuelto no saca a Raúl y a Albelda, sino ¡a Tévez y a Messi! Pero si todo va como debe ir, Argentina no se nos cruzaría hasta la final, así que ese problema por ahora no toca. Ahora toca ponerse la roja y disfrutar. Si está usted en Madrid, mi consejo es que vaya a Colón. Disfrutará mucho.