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Y el próximo curso, otra vez nada

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Esta próxima temporada nuestro equipo volverá a no hacer nada. Absolutamente nada. Otro curso más sin alegría ni pasión. Otra campaña en blanco destinada a pasar inadvertida en nuestro resumen. Lamento deciros, queridos amigos del Atleti, que es metafísicamente imposible que me equivoque. Sólo un rápido cataclismo y como todos ellos imprevisto, podría alterar el futuro que se acerca tan predeterminado, tan lejos de nuestro éxito. A ese terremoto, mil grados en la escala de Richter, no se le espera este año. Un club como el Atlético de Madrid que llegó -sí, la perdimos, pero llegó- a una final de la Copa de Europa no está autorizado a dimitir de su papel, tiene por su palmarés un compromiso con la primera línea de la que sólo cabe desertar por error. Y los errores se corrigen. A esa Copa de Europa no ganada, se le han de añadir Ligas y Copas como para dar envidia por las cuatro esquinas de la patria: muy poquitos tienen más. Valdría lo hecho para exigir lo por hacer, pero hay más razones que defienden la candidatura a la gloria.

Son razones que tienen que ver con la tradición, con los padres que llevaban de la mano a sus hijos camino del partido, con las retransmisiones de la tele y los goles cantados, con las mil alegrías de las victorias, con las banderas ondeantes, con la nostalgia del pasado y la nostalgia del futuro, con tantos nombres propios que son nuestros jugadores y que somos nosotros, por lo tanto. Con los entrenadores carismáticos gritando a pie de banquillo, siempre ardiendo en rojo y blanco, tanto que cuando les hemos visto en la banca de la Selección, vemos bajo los colores nacionales que viste el técnico el escudo de las seis barras con ese madroño que jamás amarillea, con las siete estrellas y con el oso más castizo que pasea por el mundo. Y tienen que ver esas razones hondas, con el alma atlética, que no se puede entender del todo sin ver a nuestro equipo dando la cara ante los mejores.

Parece que tras demasiados años de triste insignificancia, sin relieve ni titulares en la prensa del lunes, otros aires se acercan; parece que sí. Y leemos de cuando en cuando que vuelve el huracán rojiblanco que asustaba con su nombre y su juego allá por donde pasaba. Y la admiración de los otros, y nuestro estilo alegre y campeón, nos llenaba de orgullo. Dicen que volverá. Pero yo sé que no este año. Esta próxima temporada nuestro equipo volverá a no hacer nada. Esta próxima temporada tampoco sale el Aleti de Madrid de balonmano.