Hoy juega España. ¡A por ellos, oé...!

Hoy juega España. ¡A por ellos, oé...!

Hoy juega España, ¿quién dice que no? Y juega dos veces: en Silverstone a la una de la tarde, en París a las tres. En Silverstone nos subimos al coche de Alonso para arrancar desde la pole, su cuarta consecutiva. Inmediatamente detrás tendremos a Raikkonen y a Schumacher. Nos espera un carrerón. Y de allí a París, donde Nadal tiene otra vez enfrente a Federer... y me temo que al público de Roland Garros, que está un poco harto de que los españoles ganen tantas veces allí. Esto de los Nadal-Federer se está convirtiendo en un clásico. Un clásico que nos gusta, porque casi siempre gana el nuestro.

Ventajas de tener un gran deporte, que no se circunscribe al fútbol, donde nos están retrasando la primera aparición. Tanto, que hasta ahora tenemos que conformarnos con jugar un poquito por delegación. Y delegamos en Beckham, que marca el paso de esa Inglaterra que empezó bien pero que fue de más a menos. O delegamos en Riquelme y Saviola, que arrastraron (sobre todo el primero) a los suyos al triunfo ante Costa de Marfil. Un interesante choque de escuelas, salvado por los argentinos gracias a su oficio, a su saber estar. Lo que faltó a los naranjas, demasiado atónitos tras el dos a cero.

¿Y los de Luis? Allí todo es un jeroglífico en el que ya nadie sabe si el míster nada en un mar de dudas o si está jugando con los periodistas y con los futbolistas para tener a todos en tensión, y ya parece más esto que lo otro. Los pronósticos sobre el once titular cambian a cada hora y eso hace que los debates se emborronen unos con otros (que si Albelda o Xabi Alonso, que si Raúl sí o no, que si extremos, que si jugones, que si Pernía...) y que pasemos mejor la espera. Pero como de verdad la vamos a pasar bien es con Alonso y Nadal, que se las tendrán tiesas con Schumi y Federer. ¡A por ellos, oé!