El Kun hará vibrar al Calderón

Tiene pinta de chico de barrio pobre. Habla bajito, como si le diera miedo meter la pata, no le ha dado tiempo a coger confianza con los micrófonos y toda la parafernalia del fútbol. Sergio Agüero cae bien por su timidez. Da la impresión de que no ha roto un plato en su vida. Falsa impresión. Este chico pobre y tímido, tranquilo y amable, se transforma cuando se viste de futbolista. Y entonces tiene descaro, y se siente seguro de sí mismo y hace diabluras cuando controla el balón y reta a los defensas en el uno contra uno. Ha asombrado en el fútbol argentino, donde se sabe más que en ninguna parte de artistas del balón. El Kun lleva los genes de los grandes jugadores argentinos.

La afición del Atlético ya le ha adoptado como su ídolo y le ha recibido como una estrella, con honores de crack, aunque sólo tiene 18 años y le queda todo por demostrar. Ha sido un flechazo, porque el Kun se arranca también con un "Atleeti, Atleeti", que le sale de muy dentro. Quiere oír muchas veces ese grito, y que coreen su nombre y le canten como hacían en Argentina. A este chico apocado ante las cámaras lo que no le asusta es la responsabilidad. Lleva el gol y el fútbol en las venas. Y lo sabe. El campo de fútbol es su medio natural, donde se expresa como nadie. Ahí no hablará en susurros, sino a gritos. Puede parecer un pobre chico, pero es un fenómeno que hará vibrar muy pronto al Calderón.