Raúl necesita defenderse con su juego

Dice Bearzot que para ganar un Mundial es esencial no ganar ninguno de los partidos de preparación. Claro, que Bearzot es italiano, y los italianos son capaces de cosas que a nosotros nos están vedadas. A Bearzot le he visto yo, con estos ojitos, llevarse el Mundial (como seleccionador) sin ganar un solo partido ¡en la fase de grupo! Sí, fue aquí, en España. Pasó el grupo milagrosamente con tres empates. Luego Rossi se lió a meter goles e Italia fue campeona, en final contra Alemania, en el Bernabéu, con el presidente Sandro Pertini, anciano guerrillero antifascista, lanzando los brazos al aire.

Pero no somos italianos. Ellos tienen un gen más, el gen competitivo, escribía un día un ilustre periodista transalpino. No somos italianos y para creer necesitamos una victoria esta noche en Elche, porque el empate contra Rusia dejó mal sabor de boca. Necesitamos una victoria aunque, según la regla de Bearzot, eso nos inhabilite para ganar el Mundial, porque, no nos engañemos, a tanto no aspiramos. Nos basta con una selección que nos distraiga y divierta, que no nos desuna y nos eche a pelear los unos con los otros. Así que pedimos una victoria. Y si es un empate, que al menos sea a dos.

Digo esto porque estamos ayunos de goles. Goles, lo que se dice goles, sólo le hemos metido a San Marino. Sacas esos partidos de nuestro cuadro reciente y nos da una media de 1,61 por partido, muy poquito. Sin goles todo es mohína, y mohínos se les veía ayer a Luis y a Raúl, hartos de las dudas con este último. Dudas que tenemos muchos, que queremos despejar muchos. Lo ha dicho bien Valdano: antes bastaba tirar de estadísticas para exonerar a Raúl de cualquier sospecha. Ahora las estadísticas no le avalan, ahora le ha de defender su juego. Él lo desea y lo necesita. Luis también. Y todos los demás.