NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El 'Moggi-gate' tiene aturdida Italia

El juez Guarinello, ese infatigable perseguidor del doping en el deporte, se encontró durante su investigación sobre la Juve con algo que no esperaba: unas conversaciones de Moggi con el designador del árbitros del calcio que daban mucho que pensar. Tirando y tirando del hilo, se ha ido destapando una trama que es como para echarnos todos a temblar. De momento ha dimitido el presidente de la Federación Italiana, ha perdido su plaza en el mundial el árbitro designado por el país transalpino, De Santis, y hay algo más que indicios de que el seleccionador Lippi convoca mirando sus intereses.

Es tremendo. Y no para en Italia. Se ha sabido que la Juve también tenía mano en las designaciones para sus partidos de competiciones europeas. Y algún club más. El Inter recibió garantías de que Urs Meier era de confianza ante su eliminatoria de hace dos temporadas contra el Valencia. Moggi, el hombre fuerte de la Juve, es el eje de toda esa trama que ha ido extendiendo mierda en espiral y que pone en duda todo lo que ha ocurrido en el calcio de un tiempo a esta parte. Una sucesión de noticias, una catarata de conversaciones grabadas reveladas cada día por los periódicos tienen a los tifosi aturdidos.

Se sabe desde tiempo inmemorial que la Juve goza de preferencias en Italia. Siempre se ha achacado a la inmensa penetración de la FIAT, que tantos empleos directos o indirectos sostiene y tantos favores puede ofrecer. Eso explica, a ojos de mis amigos milanistas, el desfase entre sus abundantísimos títulos en Italia y su magro palmarés europeo. Pero ahora les han pillado con el carrito del helado. Los jueces han hecho presa y no la van a soltar. Las evidencias se acumulan hasta el punto que se hace exigible una expiación: el descenso a la Serie B. Pese a toda su influencia, será difícil que escape de eso.