El Madrid ha perdido dos meses clave

La feísima agonía del florentinato desgranó ayer otro episodio cutre. Fernando Martín trató de mantenerse contra toda lógica con la directiva en pleno en contra, salvo su leal Otero Lastres. Mientras el Barça y el Milán disputaban un hermoso partido que arrojaría finalista para la Champions, el madridismo estaba entretenido con la escena de un presidente fugaz al que sus compañeros de anteayer sacaron con lanzallamas del asiento. Ha estado dos meses. Si se hubieran convocado elecciones cuando se le colocó ahí, el Madrid habría tenido nuevo presidente ya el domingo pasado. Pero...

Pero se han perdido dos meses, en los que se han desacreditado el club y la persona de Fernando Martín, un tipo listo y con una diagnosis clara sobre los problemas, pero al que quizá le excedía el asunto. Y le excedió más todavía por el empeño de Florentino en marcar sus pasos. Eso le puso nervioso, y tratando de liberarse de esa sombra molesta fue cometiendo errores que le quitaban la razón y se la daban a su torturador. Y además fue incauto. Lo que pensó que era una revuelta de Ramón Calderón y un par más por simple cuestión de celos o de viejas riñas se convirtió en una conspiración imparable.

Así que dos meses perdidos (ayer Albiol renovaba por el Valencia, mientras el Madrid estaba ocupado en la degollina) y elecciones para el 2 de julio. Y una enseñanza final: cuando uno se va, se va. Nadie forzó a Florentino a marcharse. Hace dos años ganó con el 94,6 % de los votos. Pero si se ha ido, que se olvide. No puede seguir mangoneando por detrás, porque eso sólo aporta confusión y parálisis. Lo leal para con ese club al que tanta devoción profesa (y lo digo sin ironía) es que se borre, que se olvide de andar buscando encargados para que malterminen lo que él ya demostró no saber terminar.