Un triunfo que sabe a derrota
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Resulta tan triste ver el Bernabéu semivacío un cuarto de hora antes de terminar el partido, como la actitud de muchos jugadores. Sí, esa actitud que ha hecho famosa el entrenador del Madrid ensalzándola en cada rueda de prensa. ¿A qué se refiere López Caro? ¿A la forma de escaquearse en los desmarques, a la falta de ayuda al compañero cuando pierde la pelota? Resulta patético ver un partido tras otro atacar de forma estática al equipo, sin nadie que se mueva. Igual el entrenador está hablando de las carreritas de Raúl, o de las palmaditas en la espalda del capitán a un compañero cuando falla. ¡Venga ya! Dejemos el engaño. Ayer se ganó al colista jugando de forma lamentable.
Pero aún resulta más preocupante que se sea contumaz en el error. El socio silbó ayer el cambio de Baptista. ¿Era el que peor lo estaba haciendo? ¿Había otros más comprometidos, o en mejor forma? Lo triste es que el gol de casta de Sergio Ramos tapará nuevamente el desastre. Fernando Martín podrá seguir presumiendo de que con él el equipo no ha perdido todavía. López Caro guiñará el ojo a su amigo el psicólogo viendo que los chicos están absolutamente comprometidos. Y algún ilustre futbolista venderá que vuelve a estar en su mejor momento.




