Lizondo remató al Atlético

Europa tendrá que esperar. El Atlético de Murcia no ha podido con la presión de verse arriba y le ha faltado fútbol a la hora de la verdad, en los partidos decisivos, en los dos duelos a vida o muerte del Calderón, Sevilla y Celta. El equipo ha vuelto a estar demasiado acelerado. Yo nada reprocharía a unos futbolistas que han luchado como jabatos, pero que sólo llegaban hasta ahí, a quedarse a las puertas de la clasificación europea. El Atlético no ha tenido serenidad, ni puntería, ni fútbol, ni unas dosis de suerte. Y le han sobrado unos árbitros horrorosos, que le han desquiciado un poco más de lo que ya estaba. Le pasó frente al Sevilla, le ocurrió en Cádiz con aquel penalti fuera del área y con el jugador gaditano en fuera de juego. Y ayer el remate lo puso Lizondo Cortés.

E l árbitro se inventó un penalti en el área del Atlético por una patada al aire de Iriney y encima lo mandó repetir cuando lo detuvo el gran Leo Franco, que está inmenso. A la segunda Baiano acertó. Era lo que le faltaba a este Atlético, que anda de los nervios desde la noche de las botellas. Lizondo liquidó al Atlético y acabó con cualquier intento de reacción del equipo. Y con esto no quiero restar méritos al Celta, que supo esperar tapadito para lanzar luego sus zarpazos contra el mentón de cristal rojiblanco y que se aprovechó del viento favorable. Las ansias por meterse arriba han pasado factura al Atlético, que se ha estrellado contra sus propias limitaciones y que encima ha soportado unos arbitrajes desastrosos. Demasiados enemigos para este Atlético.