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Esta noche tendremos finalistas de Copa

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La Copa, ¡ay la Copa! Todo el mundo la quiere pero todo el mundo la olvida. Madre al fin. Madre de nuestro fútbol de competición. Esta noche reaparece discretamente, en Riazor, donde el Depor tiene que asaltar el 2-1 que el Espanyol lleva del partido de ida. El ganador se enfrentará al Zaragoza en el Bernabéu el miércoles de la Semana Santa. Una fecha no tan mala para los aficionados de los dos finalistas que quieran asistir, porque podrán incluir el viaje en unas minivacaciones por Madrid y su entorno, pero que en realidad fue abierta a martillazos en el calendario. Pero ojo: el que gane ese día será Campeón de España.

Por eso el partido de esta noche me produce una emoción especial. De ahí va a salir un candidato para enfrentarse al Zaragoza, que fiel a su tradición copera vuelve una y otra vez a por este trofeo. El Zaragoza liquidó a un Atlético que empezaba a recomponerse con Murcia, al mejor Barça desde el Dream Team, a un Madrid que no tenía otro flotador que la Copa y que llegó a invocar el espíritu de Juanito para salvarse. Sobre todo eso ha pasado el Zaragoza, que esta noche se sentará ante la tele para ver, tras producir en taquilla los euros correspondientes al pay per view, con quién se va a ver las caras el 22 de abril en el Bernabéu.

Una Copa larga y difícil. Se cambiaron las normas con la competición ya en marcha, en realidad porque la Federación aceptó un soborno (más o menos) de la Liga para cambiarlas. (El año que viene estaremos en las mismas, ojo). Pasó por un motín de los excluidos, por la intoxicación alimentaria (que se llevó el limbo, para qué remover) del Atlético, por la expulsión de Ronaldinho, por el monedazo de Mestalla, por las bravatas de Lendoiro, por el juzgado de lo Contencioso Administrativo, por el 6-1 de La Romareda, por el éxtasis del Bernabéu ante la aparición de Juanito... Pasó por todo. Es la Copa, fútbol puro. No hay quien la pare.