El Niño amenaza al Bernabéu

Humildad, trabajo y sentido común: Pepe Murcia. Con su receta, ya van seis de seis. El Atlético se dio un festín ante un Málaga endeble. El equipo salió enchufado, seguro, pegando, y en un par de arreones ya había dejado listo el partido con dos goles del Niño Torres en diez minutos. Después ya todo fue coser y cantar. Y la mejor noticia para este Atlético es precisamente esa: que Torres ha recuperado la puntería. Quienes nunca hemos dudado de su categoría de crack, sabíamos que esto era una cuestión de rachas y que los goles acabarían por llegar. El Niño trabaja siempre igual, entre o no entre la pelota, y se faja y crea oportunidades y está siempre en su sitio y no se rinde nunca. Es la referencia indiscutible de este equipo, su líder.

T odo le salió redondo al Atlético. Goles, fútbol, espectáculo, fiesta en el Calderón. Hasta los suplentes se sumaron al festival y Valera, el lateral que llegó de Murcia, se sacó un zurdazo brutal que valió el cuarto gol y cerró la manita con un cabezazo sutil. Murcia se permitió el lujo de dar descanso en la última fase del partido a sus estrellas: Petrov, Torres y Luccin. El Atlético reforzó su moral en vísperas de la visita al Bernabéu. Fue el partido ideal para aumentar la autoestima de todos, en particular la de Torres, el crack que tiene su asignatura pendiente particular con el Madrid, al que aún no ha sido capaz de marcarle un gol en partido de Liga. Algún día se romperá la racha. Puede ser el sábado, ¿por qué no? Este Atlético está lanzado. Que pase el Madrid.