La recuperada solidez del Atlético

Cinco victorias consecutivas. Cuando se marchó Bianchi, el Atlético de Madrid empezaba a sentir cierto sudor frío por la espalda. Se establecían comparaciones con los puntos que a esa misma altura de la Liga llevaba el año que acabó bajando y la perspectiva era aterradora. Ahora, cinco jornadas después, Bianchi no es más que un mal recuerdo, con él se marchó la mufa y el Atlético mira a Europa y se distancia del grupo de los que temen el descenso. Para ellos, la felicidad se concentra en los 42 puntos que dan la salvación. El Atlético mira más arriba, a la zona UEFA, o quién sabe si a la zona Champions. Pero no lo dice.

Hay algo sólido en este Atlético que gana al sol y o de noche, sobre hierba cuidada o sobre granizo reciente, en casa o fuera. Hay un grupo que cree, que se palpa y se nota fuerte, que sale dispuesto y que cumple. Un grupo optimista pero que se expresa con humildad. Nada más terminar el partido Canal + acercó los micrófonos a Maxi y Luccin. Acababan de ganar 0-3 en condiciones difíciles. Ninguna concesión a la euforia. Estamos sumando, esto es largo, ya veremos dónde llegamos. Así, poco a poco, quince puntos. Convenciendo, con una delantera de las de antes, que se recita de memoria: Maxi, Kezman, Torres, Ibagaza y Petrov.

Buena delantera . Me gusta, porque los cinco son muy distintos. Por eso mezclan tan bien. Un extremo que se mete en diagonal y marca, Maxi, el otro que desborda y centra, Petrov. Un delantero escurridizo, Torres, el otro percutidor, Kezman. Y detrás de todos, Ibagaza, moviendo los hilos. Y más atrás jugadores buenos, con oficio, comprometidos con una idea. Y un club que tiene planes acertados para sacar ventajas de ese descomunal acoso que el Ayuntamiento ha hecho de su estadio, al que ha desconsiderado gravemente en sus planes para la reordenación del río Manzanares. Sí, el Atlético recupera su vieja solidez.