NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Entradas que ponen la carne de gallina

Les aconsejo que se detengan en las centrales de este número... salvo que tengan un espíritu demasiado sensible. Ahí llevamos una rápida y breve recopilación de entradas espeluznantes que hemos visto recientemente en nuestro campeonato. Patadas o codazos. Algunas son de la última semana, están frescas en la retina. Otras han quedado en el recuerdo para siempre. Algunos de los que las han sufrido son baja: desde Pablo García, que tiene para dos meses por lo de Urzaiz, al zaragocista César, al que una barbaridad de Figo tiene desde hace meses fuera de los campos. Es la cara más desagradable del fútbol. Pero no hay que obviarla.

Una gran parte de esas barbaridades no fue seguida inmediatamente de la tarjeta roja, como sería de desear. Los árbitros españoles son, por lo común, demasiado benevolentes con este aspecto del juego, tanto como estrictos son con las protestas de los banquillos y otras tonterías. Pero su culpa es secundaria. Las patadas no las dan los árbitros, no lo olvidemos. Las patadas (y los codazos) que nublan el sol las dan futbolistas y se las dan a compañeros de oficio. Esperaríamos de los árbitros mayor energía para esto, pero esperaríamos mucho antes que los jugadores fuesen más prudentes a la hora de poner en peligro a un compañero.

Y esto no va contra nadie, sino contra todos. O mejor, a favor de todos. Porque todos los equipos tienen uno o varios jugadores capaces de incurrir en esto, y todos los jugadores de todos los equipos son objeto de riesgo si esto sigue así. El fútbol es un juego de destreza en el que el despliegue físico es importante, en el que los choques son inevitables y el golpe puede producirse. A veces, hasta con consecuencias graves. Pero lo intolerable es que los codos busquen los pómulos o las nueces, las botas las rodillas o los muslos y que nadie pare esto. Y es obligación de todos pararlo. También de los árbitros. Pero sobre todo, de los futbolistas.