Ojo a los árbitros de Villar
En el reino de Villar los árbitros son un elemento activo en el desenlace de la competición. Fíjense. Esta noche le pita al Madrid en San Mamés Ramírez Domínguez, el colegiado que dio el triunfo al Celta en el Bernabéu con un tiro de Canobbio que sólo entró en su imaginación. El martes ya tenemos árbitro para la remontada de las remontadas: González Vázquez. Sí, aquel colegiado gallego que machacó a los blancos en un Madrid-Villarreal de la pasada temporada, en el que Samuel fue expulsado de forma injusta por primera vez en su carrera.
Y aún colea lo de Pérez Burrull en La Romareda. El penaltazo de César a Robinho (y su consiguiente expulsión), con 1-0 en el marcador, hubiese variado todo. Y no olvido el clamoroso agarrón a Baptista antes de que Milito firmase el 4-1. Conclusión, con un árbitro que no hubiese estado condicionado por la autocensura del Villarato ("Al Madrid, ni agua", es la consigna), el partido habría acabado, en el mejor de los casos, en un 6-3 mucho más remontable. ¿Acaso estoy mintiendo?