El Niño se levanta en el Camp Nou

Torres ha vuelto. Y ha tenido que ser en el Camp Nou, su escenario favorito. Y ante defensas de la talla de Oleguer y Puyol. Su primer gol sirvió para romper los maleficios de los últimos tiempos, adiós a la mala racha. Y a partir de ahí, el Niño fue creciendo y creciendo, volvió a sentirse cómodo, seguro de sí mismo, con la confianza de sus mejores días. Fue el crack de las grandes ocasiones, el futbolista excepcional que intenta el más difícil todavía y le sale, el jugador que es capaz de marcharse en velocidad de cualquiera. Y que, además, acierta con la portería contraria, su asignatura pendiente.

El segundo tiempo del Niño Torres en el Camp Nou fue excepcional. Cada arrancada suya sembraba el pánico entre los defensores del Barça. Y, además, esta vez no estaba solo contra el mundo como tantas veces, sus goles no fueron el fruto de una genialidad aislada, anoche el Niño culminaba el extraordinario trabajo de todo el equipo. El Atlético, esta vez sí y ya era hora, fue una orquesta con cada uno en su sitio. Y así todos parecieron mejores, desde Leo Franco a Petrov. El Niño exhibió todos sus poderes, los que le han convertido en la joya de la corona del Atlético y los que le llevarán a estar entre los grandes cracks europeos.