La pieza maestra para el medio campo

Me dicen que el Madrid está detrás de Raúl García, el conductor de juego de Osasuna. Buena elección. Se trata del jugador revelación de la temporada, mediocampista de clase y de fuerza, tan suave con el balón como firme con los contrarios. Organiza y llega. Empezó como delantero centro, pero a su capacidad de despliegue y a su talento para organizar le ha venido bien retrasarse a la media, desde donde lleva los hilos del equipo. Luis Aragonés ya le sigue. En Pamplona están encantados con él y viven temerosos de que el Athletic haga un gran esfuerzo por arrebatárselo. Pero mi impresión es que el Madrid está en pole position.

Es muy joven, pero su juego no lo acusa y en el Bernabéu ya gustó mucho. Y anima la experiencia vivida con Sergio Ramos, con el que se puede establecer cierto paralelismo, porque ambos comparten juventud, fuerza, pureza de ánimo. Cosas que necesita el Madrid, especialmente en el medio campo (al que ha sido trasladado a veces el propio Sergio Ramos, por esa necesidad), que de forma natural es el suministrador de energía del equipo. Zidane se acaba, Gravesen no ha resultado, Pablo García es lento, Guti es inconstante. El Madrid está pidiendo a gritos un jugador como el navarro para empezar la aplazada reconstrucción.

Y es bueno que Florentino fiche estas estrellas emergentes españolas. Tanto jugador de fuera estaba despegando al Madrid de su territorio natural, en el que va perdiendo simpatías. Amancio, Zoco, Zárraga, Pirri, Gento, Santillana, Gordillo, Maceda... le aportaron al Madrid, además de su buen juego, legiones de aficionados de sus patrias chicas, en las que se veía con orgullo y satisfacción que gente propia triunfase con los blancos. Estos años han distanciado al Madrid de esa práctica. Cuando la ha reemprendido, con Sergio Ramos, ha sido con un resultado feliz. Un motivo más para animarse a avanzar en la operación Raúl García.