Inglaterra: fútbol en fiestas navideñas

Inglaterra inventó el fútbol (inventó el deporte moderno, en realidad) y por eso no es casualidad que allí tenga un aire especialmente festivo. Esto que hacemos aquí de parar la Liga en las fiestas de Navidad allí ni se les pasaría por la cabeza. Este año, como todos, hay jornadas comprimidas en este periodo vacacional: los días 26, 28 y 31 de diciembre y 2 de enero son fechas reservadas en Inglaterra a la Liga. Los campos se llenan más que nunca, porque hay fiestas y muchos padres aprovechan para llevar por primera vez a sus hijos, libres del compromiso de acostarse temprano por las exigencias escolares. Fútbol como fiesta, fútbol en familia.

Y no es sólo el fútbol. Se vive una especie de explosión del espectáculo deportivo, desde los caballos (el 26 es el gran día) al boxeo, pasando por todos los demás. Y sobre todo por la televisión. El Grandstand es el gran clásico de la BBC, un programa mítico, con actualidad y nostalgia (en él se emitió durante muchos años el célebre 7-3 del Madrid sobre en Eintracht Frankfurt en la final europea de 1960) que convoca a millones de aficionados ante la tele. Todo este periodo vacacional es, en fin, un periodo de exaltación del deporte, con un fútbol macho e invernal como estrella de la programación. Y la gente disfrutándolo.

Me da sana envidia. Aquí cortamos el campeonato, supuestamente por exigencia sindical de los futbolistas. Pero luego a unos y a otros se le ve por aquí y por allá, en partidos menores de distinta laya. Poco a poco, el espacio lo van cubriendo las selecciones autonómicas, a las que muchos jugadores acuden como un compromiso inevitable. En el País Vasco y Cataluña estos partidos cumplen con la causa irredentista; en otros sitios se trata de seguir una moda, o de echar agua a ese vino, o de saciar una curiosidad. Unas aparecen y otras desaparecen. Un fútbol respetable, sí, pero menor, en todo caso. Yo prefiero el modelo inglés.