Dejemos que Oleguer decida tranquilo

De Oleguer se conocen sus simpatías por el nacionalismo catalán de tiempo atrás. También un cierto atrevimiento para rebelarse contra las autoridades, que le llevó a tener un incidente con la Policía Municipal de Sabadell. Ahora Luis Aragonés le ha llamado para una convivencia de 33 jugadores con vistas al Mundial. No es un partido, ni siquiera un entrenamiento, es sólo un encuentro entre los 33 principales de Luis Aragonés. De ellos saldrá la lista de veintidós. Y como Oleguer es como es y, sobre todo, como la cuestión del nacionalismo catalán está como está, han empezado a agitarse los dimes y diretes en torno al asunto. ¿Vendrá? ¿No vendrá?

Para más inri, resulta que el mismo lunes en que Oleguer está citado para venir a Madrid pone en marcha una campaña de publicidad la Generalitat con la frase: "Una nació, una selecció". Una de las caras de la campaña es, ¿lo adivinan? Oleguer. ¿Y qué hacer ahora? Pues dejar que sea el propio Oleguer el que decida por sí mismo con su mismo mecanismo. Hay quien acusa a Luis de haberle citado sin consultarle, pero la verdad es que nunca se consulta a nadie. Luis llama a los 33 que considera los mejores, y punto. Y Oleguer está razonablemente entre los seis mejores centrales de España, con el añadido de que puede ser lateral. Interesa.

¿Y qué puede hacer Oleguer? Puede hacer oídos sordos a su entorno próximo y acudir. Eso le colocaría en la antesala de un Mundial, donde todo consistiría en su caso en jugar por el prestigio futbolístico del país en el que nació. Nadie le va a pedir que cante el Cara al Sol ni que vote contra el Estatut. Sólo que haga lo que viene haciendo de perlas hasta ahora Puyol, por poner un ejemplo. Pero si no quiere venir porque su conciencia catalanista es tan profunda que se siente objetor para una cosa así, respetémosle. No están las cosas como para crear mártires ni para añadir broncas. El fútbol, el deporte, es para hacer amistades.