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¿Casillas? Sí. O sí. O sí. O sí. O también

Anda Florentino embolicado en la renovación de Casillas y esa fantasmagórica creación del único problema que no tiene habla de su desconcierto existencial. Ahí hay un portero grande, reconocido por todo el mundo, de la cantera, chico sencillo, que no se rebeló cuando una cutre conspiración de mesa camilla le apartó de la titularidad, que ha convencido sucesivamente a Toshack, Del Bosque, Queiroz, Camacho (como seleccionador o como entrenador del Real Madrid), García Remón, Luis Aragonés, Luxemburgo... Con apenas veinticuatro años ha pasado de los trescientos partidos en el Madrid y de los cincuenta en la Selección.

Y ahí está. Florentino ha sido tan lento de reflejos en su renovación que ahora estamos a unos cuantos meses del fin de contrato de un jugador y las peñas empiezan a recaudar firmas para que no se escape. El Barça, que sólo es claramente inferior al Madrid en ese puesto, espera que se cumpla el uno de enero sin acuerdo para dejarse caer, consciente de la discordia que existe entre el jugador y el club. Una discordia en la que, dicho sea de paso, no ha sabido mediar Ginés Carvajal, que ha empleado más horas y empeño en tareas de mayordomo de Raúl que en las de agente de Casillas. Lleva el reloj diez años atrasado. Como todo el Madrid.

Pero me figuro que Florentino renovará a Casillas. Por lo que le pida el portero, que tiene razón en lo que pide, que puede parecer una barbaridad pero que no lo es si se compara con lo que les dan a otros que no tienen la influencia que él sí tiene ni en los marcadores ni en el mercado. Por alguna razón que no alcanzo a comprender Florentino siempre le ha tenido paquete a este jugador. Bueno, pues ahora tendrá que bajarse del burro y pagarle lo que le pide, porque les paga más a otros que tienen menos que ofrecer y porque, aunque él no lo reconozca, la mayoría de la afición sabe que Casillas ha salvado muchas tardes y noches negras.