Hierven los teléfonos en el Madrid

Esta tarde aterrizan en Madrid los jugadores del Olympique de Lyon, los mismos que en septiembre ya le endosaron un tres a cero al Madrid. Vienen líderes embalados en su liga, invictos desde abril pasado. Son un equipo formidable. Sin pedigrí europeo, pero con un presente envidiable. Fútbol de precisión y velocidad, moral por las nubes y Juninho Pernambucano como estrella rutilante. En bastantes aspectos, un equipo parecido al Barça. O sea, muy a contraestilo del Madrid, que puede mantenerse mal que bien ante rivales más lentos, pero que no resiste aceleraciones bruscas como las del Barça o el Olympique de Lyon.

Y el Bernabéu está que arde. Una cosa es aplaudir el segundo golazo de Ronaldinho y otra olvidarse de que quien juega ahí cada semana no es Ronaldinho, sino el Madrid. Y el sospechoso ya es Florentino, según empiezan a señalar las encuestas. Desde que prescindió de Del Bosque, un tanto arbitrariamente y mal aconsejado, no ha dado con un entrenador que le convenza. Por ahí han pasado Queiroz, Camacho, García Remón y Luxemburgo. Cuatro en dos temporadas y media. Sin ningún título, por supuesto, ni mejora visible en el combate de la molicie de esa plantilla, que se sabe consentida por su presidente.

Pero el arranque de Florentino fue tan bueno que aún le queda crédito para un entrenador más y se lo está pensando. Si el Madrid pierde mañana con algún estruendo (y cabe que así sea) arrojará de la balsa a Luxemburgo para demorar a los escualos y tratará de llegar decentemente a final de temporada con algún nombre nuevo. Los teléfonos del Madrid hierven de ofertas. Gusta mucho la de Le Guen, precisamente uno de los artífices de este Olympique de Lyon que se supone que trae la guillotina de Luxemburgo. ¿Y si el Madrid gana? Entonces, nada. Patada para adelante y ya veremos. Todo de una espantosa vulgaridad.