Valdebebas: la Décima de Florentino
En enero de 1958 Alfonso Perinat y Lasso de la Vega, por entonces el socio del Madrid con más edad (94 años), plantó el primer árbol en los terrenos de la que sería, justo un lustro después, la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Don Santiago Bernabéu (visionario, genio, el presidente de los presidentes) vio cristalizado en 1963 ese proyecto revolucionario que fue posible gracias a la afición blanca, solidaria y comprometida como siempre. En menos de cuatro horas compraron los 30.000 bonos emitidos tras el acuerdo alcanzado por el club con el Banco Mercantil e Industrial. Esa Ciudad Deportiva fue un cheque al portador que blindó el futuro de la entidad.
Por eso hay que felicitar a Florentino Pérez por haber cogido el relevo de su audaz antecesor y ser capaz de acabar con una deuda sonrojante. Esta tarde echa a andar, gracias al empeño de Manuel Redondo, la mejor C.D. que hay sobre el planeta Tierra. Valdebebas es una bendita realidad que permitirá a este club centenario tener aseguradas las habichuelas al menos hasta el siglo XXII. Los peñistas se quedaron alucinados en su día al ver la calidad de las instalaciones, que permitirán a Casillas, Ronaldo y compañía presumir como lo hacían hace veinte años Maldini y Baresi con su Milanello.
E l Madrid ha abandonado el destierro de Las Rozas, que era como dormir con su enemigo. Estar en alquiler en la casa de la Federación de Villar resultaba grotesco. Ahora el Madrid está en su casa, con su gente, sin hipotecas. Florentino ha hecho verdad su sueño y la historia sabrá agradecérselo. Si en lo deportivo recupera el tino perdido habrá que hacerle la ola.