NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La Selección se juega el Mundial, pero...

...pero muchos de nosotros tenemos in mente el Madrid-Barça del próximo 19-N. De hecho, ayer se estrenó un nuevo canal de televisión en este país y el referente deportivo fue el encuentro entre Casillas y Etoo, caras jóvenes y vibrantes de ese clásico que ya se presiente. Al mismo tiempo, José Ramón de la Morena reunía a diez mil largueristas en la Casa de Campo, en torno al campeón mundial de la Fórmula 1, Fernando Alonso, que merecía este homenaje nacional. Mientras, la selección de fútbol se reunía discretamente en un hotel de las afueras de la ciudad, con el Mundial en juego.

Así es la cosa. La afición, los medios, desconfiamos de la Selección. La ilusión que convocan nuestros clubes, grandes, medianos o pequeños, la que convocan nuestros héroes individuales (Alonso, Nadal, Pedrosa...) no tiene su traslación al equipo nacional de fútbol. ¿Por qué? Seguramente porque su papel fue suplantado por el Real Madrid, que en los cincuenta se erigió en ejército victorioso que inundaba las radios rurales de goles y victorias, cuando éste se sentía un país pobre y despreciado. O por el Barça, modelo preferido por los que apostaban por otro modelo de Estado, que aún está en cuestión.

Hay quien piensa que no se cree en la Selección porque no se cree en España, pero yo no pienso que sea eso. No se cree en la Selección porque apenas gana, porque gana menos que nuestros grandes clubes y que nuestros grandes deportistas. Alonso, Nadal y Pedrosa, como antes Indurain, Perico, Ballesteros, Santana o Bahamontes, provocan el entusiasmo colectivo en cualquier rincón de España, sin que nadie se acuerde de dónde son, y así lo revelan las audiencias televisivas. La Selección, no. Porque da chascos. Todo lo que necesita para abrirse paso ante un Madrid-Barça es ganar y gustar. Pero...