Faltan toque y pausa: Ibagaza
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A Bianchi se le entiende todo: los médicos no tuvieron que intervenir en el partido con el Villarreal, se supone que porque a sus jugadores les falta oficio para tirarse o para detener el juego con faltas tácticas cuando van ganando. Y eso parece que no le gusta. Es la razón por la que pide para el mercado de enero un tipo como Mascherano que ejerza de conductor en el centro del campo y que tenga garra e intimide a los rivales. Eso lo intentó hacer Luccin frente al Villarreal, ahora supongo que porque ya salió caliente y aleccionado desde el banquillo, y ya vieron el resultado: dos tarjetas amarillas en tres minutos y a la calle. Y es que el Atlético lo que necesitaba no era la carga de la caballería, sino toque y pausa. Alguien que tranquilizara el juego, que moviera el balón de una banda a otra, desgastando al adversario y esperando su oportunidad.
Yo sí creo que el Atlético lo que precisa son buenos futbolistas con criterio, que jueguen y no que hagan faltas a lo loco y sin sentido. Este Atlético de Bianchi se distingue precisamente porque carece de toque y pausa. Todo lo hace a la carrera, deprisa, deprisa, se impone el ritmo asfixiante de Petrov. Demasiada velocidad. Para mí, la solución a los problemas la tiene este año Bianchi sin salir de su propio banquillo: es argentino y se llama Ibagaza. Este Atlético está hecho a la medida de un jugador de las características del Caño. Hasta ahora Bianchi casi le ha ignorado sin que se sepa muy bien por qué. Yo le animaría a poner a Ibagaza con Luccin en el centro del campo, o a Ibagaza con Gabi, o a Ibagaza y Maxi con Galletti por la derecha. Seguro que los tres puñales lo agradecerían y nos íbamos a divertir todos mucho más. Él también.



