El Betis, noticia de la noche en Europa

Jesús nuestro Dios/nació en un pesebre./Donde menos se espera/salta la liebre. Así comienza, si no recuerdo mal, la Biblia en verso, obra magna que me asaltó la memoria anoche cuando acabó el partido de Sevilla. Porque, ¿quién nos iba a decir que ese Superchelsea, terror en la isla de los inventores y en toda Europa, iba a rendir sus armas justo ante el Betis? Pero fue así. Ese Betis zurrado en los últimos partidos, con la afición llamando sevillista a Lopera, ese Betis que temía otro capacho de goles en su portería, paró en seco al chulo del barrio. Cosas del currorromerismo propio de la casa.

Un partido emocionante y tenso, resuelto con un gol precioso de Dani, ese ratón de armario que desespera a los rivales. Entró por lesión de Oliveira y fue, como tantas otras veces (entre ellas la final de Copa) espíritu y estilete del Betis. Un jugador distinto, espíritu de barrio, indesmayable buscador de peleas y de goles. Esencia de Betis, esencia de ese fútbol de otros tiempos, de pillos que te roban la cartera debajo del agua, que te quitan los calcetines sin quitarte los zapatos. Y ahora echas cuentas y resulta que el Chelsea podría quedar fuera de la Champions con una derrota final ante el Liverpool.

Cosas de esta fase de grupo, que el Madrid ha vencido ya, a falta de dos partidos. Ayer se puso otra vez el mono de trabajo para sacar adelante el partido en un primer tiempo digno. Luego reculó demasiado, se encomendó a Casillas y acabó con la boca abierta, dando muestras de tremenda fatiga. Faltos los grandes, cansados los luchadores, el Madrid casi daba lástima, pero pasó. Lo principal está hecho. Sin brillantez, con bajas, pero está hecho. Ahora cabe soñar incluso en una improbable goleada sobre el Lyon para aspirar a la cabeza de grupo, que da ventajas. Quién sabe: para entonces ya estará Ronie, supongo...