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Ese viejo y querido Athletic Club...

Tiembla Bilbao. Diez jornadas y el Athletic es el último, con una sola victoria, tres empates y seis derrotas. El Athletic siempre ha jugado en Primera División, desde la creación del campeonato, en 1928-29. Sólo el Madrid y el Barça pueden presumir de lo mismo. Pero el Athletic tiene otro timbre de honor: sigue jugando con gente de la tierra. Caso único en el fútbol mundial, escribió L'Equipe. Ahora que amenaza el descenso surge la pregunta de si será necesario abandonar esa hermosa filosofía. Pero nadie pensaba en ello hace un año, cuando cinco mil personas acompañaban al equipo a Viena.

Cuando empezó la Liga, el 56 % de los jugadores del total de los equipos eran vascos. Varios de los mejores estaban en el Athletic, temible en aquella época. A medida que se jugó más y mejor en otras zonas de España, el poder relativo del jugador vasco y del Athletic fueron disminuyendo. Cuando empezaron a llegar los extranjeros disminuyó más. Cuando la licencia Bosman y las nacionalizaciones de interés han anegado nuestro fútbol de foráneos la situación se ha tornado crítica. Ahora sólo el 8 % de jugadores de Primera son vascos. Y el Athletic está último y por primera vez teme el descenso.

Pero fichar foráneos no le garantizaría nada. En tiempos recientes hemos visto bajar al Atlético, al Valencia, al Zaragoza, al Betis, al Sevilla... Hemos visto a un club canterista en sus mejores años, el Sporting, liarse a fichar y hundirse. La Real ficha y no bajadesde 1967, pero está en una situación económica insostenible. El Athletic es un ecosistema delicado, no puede permitirse errores ni dispendios, y los ha cometido en los últimos tiempos (Roberto Ríos, Guerrero, Otxoa, Zubizarreta...). Eso le ha llevado a tener que renunciar de un golpe a Del Horno y Ezquerro. Y eso ha sido mucho renunciar.