O hacemos 21 puntos o 224

Fue un partido tan extraño, tan manipulado, que quiero apuntar dos datos. Si España hubiese mantenido su espantosa media anotadora de los primeros siete minutos y medio hubiese acabado el partido con 21 puntos; si hubiera mantenido su colosal media anotadora de la prórroga hubiese acabado con 224. ¿Qué ocurrió entre el principio y el final? La lesión de Planinic, las siete faltas ¡en ataque! de los croatas, las tempraneras cuartas faltas de Vujcic, Bagaric y Zizic, más una antideportiva, más dos técnicas, más una expulsión, más la vista gorda que hacían los árbitros cuando los jugadores de nuestra Selección se tenían que hacer con el rebote sí o sí... ¿Cómo no iban a acabar derrotados, desarbolados y enfadados los croatas?

Sólo así se explican los 28 puntos que encajaron en la prórroga o, lo que es lo mismo, los 28 puntos que les hicimos. La verdad es que en la prórroga lo bordamos antes incluso de que los árbitros acabaran por convertir el partido en una caricatura. De nuevo nos quedamos sin saber cuál es la auténtica cara de nuestra Selección. ¿La de los primeros siete minutos y medio en los que Reyes falló cinco lanzamientos y dos Navarro, Calderón, Garbajosa y Jiménez, o la del inicio de la prórroga en la que entraba todo? Hasta entonces nuestros jugadores fueron como almas en pena incluso cuando remontaron en el tercer cuarto. Sin alegría, ni ilusión, ni fe en sus rostros. Tampoco es de extrañar. Ayer no jugaban ellos. Jugaban los árbitros.