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De sabios es rectificar

Vaya por delante que comprendo la irritación del Madrid. Tenemos una Federación que mira para otro lado si el Barça va a la justicia ordinaria, que cambia estatutos a la carta para el Barça (Caso Cochinillo y Caso Messi), que hasta engaña a la UEFA para que Messi juegue la Champions. Y un buen puñado de árbitros actúa en consonancia, sabiendo qué es lo bien visto por Villar y por Sánchez Arminio, que les arengó en tal sentido en Santander. Y el gol del Celta no entró. Y Rodríguez Santiago pitó antes del remate de Jarque. Y que al Madrid le expulsan jugadores con tanta facilidad como a los rivales del Barça.

Pero impugnar el partido de Montjuïc era un exceso. Sí, había base y jurisprudencia, y lo de Rodríguez Santiago es desprecio del Reglamento o desconocimiento de él. Pero el tema no daba para tanto. Para la mayor parte de la opinión pública, lo que ocurrió se pareció demasiado a un gol, porque los más se inclinan a pensar que el árbitro pitaba penalti, no falta de Lopo. (Lástima que el realizador, tan agobiante con planos tontos que cortaban el directo, no nos haya mostrado una imagen nítida del entrevero. ¿No está grabada?). Y el Espanyol es un club amigo del Madrid. ¿Por qué convertirle en enemigo?

El Madrid no sacaría nada de esto. Una humillación más si se lo rechazaban, repulsa general si el partido se repetía, bochorno colectivo el día de ese nuevo partido. Y abría el melón (ya se ha apuntado el Pontevedra) de una moda fea y estúpida. Hace bien en replegar velas. De sabios es rectificar. Muchos madridistas se sentirán defraudados por esta especie de avance elástico sobre la retaguardia que Florentino anunció ayer en su guerra contra Villar. Esperaban otra cosa. Pero al menos ha quedado el testimonio de una rabia sincera y justa que ha colocado al Madrid ante un límite que felizmente no ha traspasado.