Jueves de Ramos y españolía
Figo, Makelele, Flavio, Zidane, Ronaldo, Beckham, Samuel, Owen, Woodgate , Gravesen, Pablo García, Diogo, Baptista, Robinho, Cicinho Y Sergio Ramos. Son los 16 fichajes de la era Florentino. Cinco brasileños, tres ingleses, dos franceses, dos uruguayos, un danés, un portugués, un argentino ¡Y un español! Por fin. Siempre supe que Florentino era un patriota y que su empeño en fichar extranjeros entraba en el peaje de la famosa "evangelización universal del madridismo". El fichaje de Ramos es estratégicamente impecable. La afición ya ama a Robinho, adora el poderío de Ronaldo y respeta el voluntarismo admirable de Beckham y Baptista. Pero ha considerado a Raúl su estandarte emocional durante años, matará si no se renueva a Casillas y valora la ejemplar aplicación de Salgado, Helguera o Pavón. El aficionado es mitómano, pero necesita un españolito en el que verse reflejado. Todos fuimos un Sergio Ramos cuando jugábamos en el barrio con esas porterías con piedras de pedernal que hacían de postes
Los 27 millones de Sergio Ramos son una inversión coherente. Los 25 de Samuel eran un despilfarro. Ramos es Camacho clonado tres lustros después de su adiós. Valiente, polivalente, corajudo, marcador, ofensivo, fajador, internacional y, por encima de todo, uno de los nuestros. Ramos y Helguera formarán un comando de élite, con Pavón y Woodgate como suplentes de garantías esperando en la trinchera del banquillo. El primer español de la era Florentino es la guinda a un proyecto excitante. Se han invertido 82 millones de euros pero se han obtenido más de 50 en ventas. Este Madrid es mucho mejor y más fiable que el de 2004. Y tiene a Robinho